"Zapatero a tus zapatos, concentrate en lo tuyo, pero si no lo sabes hacer, deja a otros que lo hagan por ti"
Por Yolanda G. Núñez Palacios
Así es aunque el
título suene un tanto cuanto obvio, la realidad de las empresas que quieren
crecer y desarrollarse hoy en día es esta: Outsourcing, que es la utilización de terceros,
generalmente agencias, para hacerse llegar mano de obra especializada en
ciertas áreas en las que la empresa no
ha logrado su desarrollo, ya sea por la falta de tiempo, inversión,
capacitación y/o especialización.
Básicamente se trata
de una modalidad, según la cual determinadas organizaciones, grupos o personas
ajenas a la compañía son contratadas para hacerse cargo de "parte del
negocio" o de un servicio puntual dentro de ella. La compañía delega el
gerenciamiento y la operación de uno de sus procesos o servicios a un prestador
externo (Outsoucer), con el fin de
agilizarlo, optimizar su calidad y/o reducir sus costos.
La creciente
competencia ha obligado a las empresas a la búsqueda de la diversificación,
entendiendo esta como desarrollar nuevos productos para incursionar en nuevos mercados (según nos plantea Igor
Ansoff en su conocida matriz de Crecimiento y Expansión) con la finalidad de
lograr una mayor participación de mercado, aún a costa de que las operaciones
originales de la empresa no sean congruentes con este crecimiento. Sin embargo
teniendo la visión de haber encontrado una oportunidad de mercado, el capital
suficiente para invertir en esta nueva aventura, la capacidad instalada para producir
y el deseo de mantener el liderazgo de mercado, muchas compañías se ven
tentadas a añadir nuevas líneas de productos a las ya existentes.
El primer dilema en
el que se encuentran las organizaciones es en tomar la decisión de: “Fabricamos
(continuar produciendo dentro de la empresa) o Compramos (comprar el servicio,
contratar a un outsourcer para que lo provea)”, ¿qué es más económico?, ¿se
dispone del espacio, de equipo, de tiempo y habilidad para llevar a cabo las
actividades de producción? ¿pasamos a
otro la responsabilidad de conseguir el personal adecuado para producir? ¿la necesidad
de técnicas o de equipo especial hace que sea más lógico comprar, que
fabricar? Y un sinfín de cuestionamientos que orillará a la empresa a tomar la
decisión del Outsourcing.
Transferir los
riesgos a un tercero que pueda dar garantía de experiencia y seriedad libera a
los empresarios para trabajar solamente
en aquello que es de vital importancia
para la existencia de su empresa, el
empleo de personal externo y el diálogo nuevo y fresco que resulta, dan lugar a
una creatividad y a un potencial o espontaneidad que antes eran difíciles de
obtener. Lo que había sucedido hasta
ahora, es que las ventajas de las economías de escala habían sido neutralizadas con lo que podría llamarse
parálisis de movimiento, debido a que las estructuras administrativas,
burocráticas-mecánicas, de una gran
cantidad de empresas mexicanas, han hecho que la creatividad y flexibilidad
sean difíciles de obtener. Los nuevos procesos de aplanamiento de las
organizaciones, trabajar por procesos logrando una integración horizontal y la
creación de relaciones más estrechas con los proveedores han ayudado a asegurar
que la decisión de "Comprar" puede ser más favorable que la de “fabricar”, excepto en los casos donde no hay
economías de escala y no queda otro remedio más de ser nuestros propios
proveedores.
Así vemos ejemplos de
las grandes maquiladoras y de plantas productivas de las compañías
transnacionales que orientan sus actividades solamente a la negociación,
comercialización, reingeniería y diseño, dejando las actividades de producción
a los outsourcers.
El proceso de
Outsourcing se ha implementado en compañías manufactureras, en el área de
servicios, en el sector financiero y en diversas organizaciones general.
En lo que se ha
convertido una tendencia de crecimiento, muchas organizaciones están tomando la
decisión estratégica de poner toda o parte de su función de sistemas en las
manos de especialistas, permitiéndoles concentrarse en lo que mejor saben hacer
- maximizar el rendimiento, minimizando los costos.
Después
de la segunda guerra mundial, en Estados Unidos, las empresas trataron de
concentrar en sí mismas la mayor cantidad posible de actividades, para no tener
que depender de proveedores externos y tratar de minimizar costos en esa
economía naciente. Sin embargo, esta estrategia que en principio resultara
efectiva, con el desarrollo de la tecnología, fue haciéndose obsoleta, pues
nunca los departamentos de una empresa podían mantenerse tan actualizados y
competitivos como lo hacía las agencias independientes especializadas en un
área. Fue así como en los años 70’s surgió en boom de las agencias consultoras
y el Outsourcing. Las empresas empezaron a encontrar más fácil, contratar a un consultor
externo experto en un área, que tener que mantener y desarrollar ese
departamento internamente. No solo les permitía disminuir los costos de
personal que ese departamento generara,
sino que la calidad ofrecida por esos asesores expertos resulta mejor a la del
departamento interno.
Aquí
en México cada día se suman más profesionistas independientes a dar servicios
de consultoría y asesoría a las empresas en diferentes áreas como mercadotecnia
en general, publicidad, promoción, fiscal y contable, legal, investigación y
estudio de mercados, sub-contratación de personal para producción y otras áreas,
mantenimiento físico, limpieza,
protección y vigilancia a inmuebles, análisis y diseño de sistemas,
soporte técnico, soporte a usuarios finales y departamentos auxiliares, capacitadotes,
etc.
Con
esto se crean verdaderas ventajas
competitivas, ya que se puede tener al alcance la integración de una infinidad
de actividades que no tienen que controlar la gerencia, por que de suyo, lo
harán los proveedores. Es una excelente alternativa de crecimiento, hay que
calcular los costos y los riesgos que se pudieran tener al acceder personal
“aparentemente ajeno” a la compañía; pero también hay que evaluar los
beneficios que se pueden obtener con un nivel alto de especialización. Y
termino este dialogo con la mención del
primer párrafo: “concéntrate en lo tuyo y deja que otros hagan lo suyo”
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