"Al
fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos" Eduardo
Galeano
Durante décadas los roles de la
sociedad mexicana estaban claramente establecidos a una estructura que no se
podía romper, de tal manera que estaba implícito en el sexo, los sentimientos
actitudes, profesiones, oficios, ocupaciones, etc. Cuando nacía una niña estaba
destinada a los quehaceres domésticos, a las profesiones que eran bien vistas
por la sociedad, a ser la parte frágil en la pareja, la que podía llorar, hacer
berrinches, ser frívola y poco profesional, a ser usada como objeto sexual, la
que aspiraba a la explotación de su propia vanidad en servicio, gozo y placer
masculino y cuya única finalidad era la de obtener un marido para completar su
existencia. Entonces la parte fuerte, pensante, profesional, responsable, quién
tenía las riendas del destino de la pareja era el hombre, por lo que a él se le
permitía ciertos “privilegios” y “libertades” entre ellos, el desgano en el cuidado de su aspecto
físico, porque no importaba que tan gordo, viejo, panzón, mal aliento, con
actitudes grotescas, borracho e irresponsable fuera, por ser “hombre” tenía y
debía tener todos los honores que la sociedad femenina debía brindarle.
Así
la mercadotecnia, por años ha trabajado con este concepto de feminidad y
masculinidad, mostrando bienes y servicios exclusivos para la mujer y el
hombre. Pero no contábamos con la evolución de la sociedad, en donde tanto
hombres como mujeres nos hemos vuelto más competitivos y aquellos privilegios y
libertades exclusivos de hombres y mujeres están pasando a la historia y lo que
queda es una rivalidad en el campo profesional y humano.
Cada
día se ha ido aceptando una mayor libertad de la sexualidad y las prácticas
sexuales en donde ha venido a surgir poco a poco una manera distinta de
manifestación de ésta hasta surgir una figura sexual distinta… el metrosexual,
dicho termino fue acuñado por el actor, modelo, marinero y vendedor británico
Mark Simpson.[1] El prefijo “metro” por
metrópoli indicando que esto se sucede solamente en las ciudades y es en las
grandes urbes en donde se ha visto claramente evidenciado, por haber clínicas,
spas, gimnasios, estilistas, boutiques y “sexual” por el culto que tiene a sí
mismo. "La
metrosexualidad describe un nuevo tipo de masculinidad narcisista, producida
por las películas y revistas, que sustituye a la añeja, reprimida, irreflexiva
y no mediatizada masculinidad", resume Simpson, quien antes de dedicarse
a analizar la virilidad contemporánea tomó cursos en la Universidad de Oxford
y fue marinero, vendedor y hasta modelo de fotografías de novelas de amor.[2]
Nos encontramos ante un nuevo tipo
de ser humano, un heterosexual con un estilo de vida gay, preocupado por su
apariencia física al grado de utilizar cremas, tratamientos de belleza,
maquillajes, perfumes, ropa de diseñador, con actitudes finas y delicadas, de
mucha clase, tanto que lentamente ha ido invadiendo la vida de las diferentes
ciudades de nuestro país y del mundo entero sin que nos percatemos
concientemente de que esta sucediendo.
Y es que todo comienza con la
apertura que se está teniendo hacia el tercer sexo, cada día se discrimina un
poco menos a lesbianas y homosexuales, tanto es esto que de ser la parte cómica
y objeto de burla y desprecio de películas y programas televisivos, hoy podemos
ver como estos personajes forman parte del elenco, con papeles protagónicos
serios y en los que se puede dejar manifiesto sus preferencias sexuales con
absoluto respeto de su rol tanto en el tratamiento del tema, como de los demás
personajes que los aceptan sin prejuicio alguno, tal es el caso de una de las últimas telenovelas de Televisión
Azteca, Mirada de Mujer el Regreso, donde presentaron la problemática de
adaptación a la vida familiar de uno de sus personajes por ser gay y con el
paso de los capítulos, pudimos ver cómo todo el elenco aceptaba sin ningún
resquicio moralista su vida en pareja con otro homosexual, aún cuando iba a ser
padre, ella (una pareja eventual) aceptaba que su hijo por nacer tuviera un papá
gay.
Los ejemplos de apertura sexual en
la televisión cerrada (por cable) donde se transmiten programas de diferentes
nacionalidades son muchos: Sex on the
City, Will and Grace, Friends, Dawson’s Creek, Boys meet boys, Queer eye for
the straight guy, solo por mencionar algunos de ellos. En el canal de MTV
pasan un programa llamado Dismissed en
el que algunas veces las parejas son formadas por lesbianas y gays y podemos
ver con toda la naturalidad del mundo los
cortejos hasta conquistarse.
Bueno hasta el cine infantil ha sido
inundado por este fenómeno, en la película Shrek 2 aparece el gallardo Prince Charming (o
Príncipe Encantador), quien debe librar a Fiona de la maldición de que fue
objeto en la primera parte de esta saga,
sin embargo oh ¡sorpresa!, este príncipe, que podría apellidarse Beckham, descubre que Fiona ya ha sido “liberada” y
ahora disfruta de una tórrida luna de miel con su grotesco ogro-esposo.
A
propósito de David Beckham el jugador del Real Madrid a quién se le atribuye la
explosión del metrosexualismo teniéndolo como máximo representante e ídolo
mundial, ha contagiado de esta corriente a otros jugadores quienes lo desean
seguir e imitar, se dice que Juan Pablo Sorín, Roberto Ayala, Christian Kily
González, Vágner Love, Francisco Palencia, Rafael Márquez o Diego Forlán,
entre otros se pintan las uñas, usan el pelo largo con trenzas, suelto, con
coletas, etc., se visten de ropa de diseñador y mantienen una apariencia chic e
impecable.
Todo esto ha servido de mediador
para que el efecto metrosexual haya hecho presencia en nuestras sociedades, las
noticias al respecto son múltiples y variadas:
Otra noticia…..
“Metrosexual: El David del
siglo XXI”
La nueva tendencia de
belleza y narcisismo masculino que es encabezada por Beckham, el futbolista
británico
David Beckham, Brad Pitt, Tom Cruise, George Clooney e incluso el
primer ministro Silvio Berlusconi, tienen algo en común: son metrosexuales, una
palabra que engloba una nueva definición para los hombres que se preocupan por
mantener una apariencia física a prueba de miradas.
Por Gabriela López, Periódico
El Economista, 21 de junio de 2 004, www.economista.com.mx
Entonces es indiscutible que todo lo expuesto es una verdadera
oportunidad de negocio (oportunidad de mercado) como lo quiera ver, quienes son
empresarios no han desaprovechado la oportunidad de abrir nuevas tiendas de
ropa masculina, tiendas de ropa interior,
bares, diseño de automóviles, marcas de cigarros reorientadas a este
nuevo mercado (L & M), bebidas alcohólicas, canales de televisión (VH1),
música, y cualquier cantidad de bienes y servicios. Y si esto es un nuevo
mercado, entonces requerirá de una nueva mercadotecnia, Pink Market, como lo denominó David Carballo, en De la Riva Investigación
Estratégica, publicada en la
Revista de AMAI con el título de “Un mercado potencial sin
nombre. El Pink Market”
Yolanda G. Núñez Palacios
[1] Mark Simpson escribió los libros: Saint
Morrissey, The Queen is dead, Sex Terror, Anti-Gay, It’s a queer world, Male
impersonators. www.marksimpson.com
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